El edificio Windsor soportó temperaturas de hasta 1000º C y la estructura de hormigón mantuvo su capacidad portante

El hormigón es el material de construcción que presenta una mayor resistencia ante los efectos de fuego, ya que ofrece protección y seguridad para las personas, las propiedades y el medio ambiente. Estas son algunas de las conclusiones a las que ha llegado el Instituto Español del Cemento y sus Aplicaciones (IECA) en un trabajo elaborado coincidiendo con el segundo aniversario del incendio de la torre Windsor. Para elaborar estas conclusiones, el IECA ha contado con la investigación del Instituto Eduardo Torroja, organismo dependiente del CSIC, que ha estudiado el hormigón que resistió el incendio y de la Universidad de Cantabria, que ha analizado la dinámica del incendio.

En dichos estudios se han analizado los elementos estructurales de hormigón armado de la Torre Windsor. La investigación ha incluido la realización de ensayos de estos elementos mediante un análisis térmico y técnicas de microscopía electrónica. Se observó que la temperatura alcanzada en el interior del hormigón fue de 500 ºC a una distancia entre 2,5 y 5 cm de la superficie expuesta al fuego. Este resultado confirma la severidad del incendio en la Torre Windsor y la buena actuación de las secciones de hormigón conforme a los estándares de diseño y seguridad frente al fuego de las estructuras de hormigón.

Asimismo se ha podido constatar cómo en condiciones de fuego severas una estructura de hormigón garantiza una resistencia del edificio que evita su colapso, ya que de estos ensayos se ha podido inferir que la estructura de hormigón estuvo sometida a temperaturas en el entorno de los 1000º C.

En el citado trabajo del IECA se hacen las siguientes consideraciones. La acción del fuego exige a las estructuras una capacidad de resistencia que permita por un lado desalojar a las personas del edificio incendiado, y por otro que los bomberos puedan realizar los trabajos de extinción, sin que se resientan las estructuras por el efecto de las altas temperaturas. Y el hormigón cumple con estos requisitos.

Ante el aumento de temperatura provocado por un incendio, los diferentes materiales de construcción ofrecen distinta resistencia. El hormigón se configura como el material que soporta temperaturas más altas sin llegar al colapso de la estructura y constata la necesidad de proteger el acero en cualquier tipo de estructura con hormigón, ya que protege al acero de modo eficaz, continuo, permanente y sin la existencia de puntos débiles mal protegidos. Es, en suma, una protección que no envejece, no se deteriora y no necesita de un mantenimiento específico para cumplir esta función protectora.

Además de resistente, el hormigón ha sido considerado siempre un material duradero, con una gran capacidad de aislamiento acústico y con una inercia térmica capaz de mejorar la eficiencia energética de los edificios, por lo que su utilización en fachadas y particiones permite obtener edificaciones más sostenibles. En este sentido el hormigón disminuye la demanda energética de los edificios, ahorra gastos de conservación y mantenimiento, eleva la vida útil de las construcciones y al final de la vida del edificio es un residuo de reconstrucción reciclable.

Análisis comparativo del comportamiento de los materiales frente al fuego

Madera Acero Hormigón
Resistencia al fuego sin protección Muy baja Baja Alta
Combustibilidad Alta Ninguna Ninguna
Contribución a la carga de fuego Alta Ninguna Ninguna
Conductividad del calor Baja Muy alta Muy baja
Incorpora protección frente al fuego Muy baja Baja Alta
Posibilidad de reparación después del fuego Ninguna Baja Alta
Protección para los usuarios durante la evacuación y los bomberos Baja Baja Alta