Tras la polémica entrada en vigor de la nueva limitación de velocidad en autopistas y autovías, estableciendo el límite máximo en los 110 km/h, el Gobierno ha puesto sobre la mesa el reconocimiento explícito del problema energético que sufre España. Actualmente, el sector del transporte supone aproximadamente el 40% del consumo energético nacional, representando el transporte por carretera el 80% del consumo total del sector. Ante esta situación, el presidente de Oficemen, Joaquín Estrada, asegura que “se hace necesario plantear una estrategia a largo plazo que realmente suponga una solución al problema de la eficiencia energética en las carreteras españolas y que tenga en consideración lo importante que es construir infraestructuras eficientes”.

En este contexto, desde Oficemen defienden el uso de pavimentos de hormigón como una solución atractiva, ya que en su opinión “su desarrollo tecnológico ha permitido alcanzar superficies eficientes, durables, cómodas y seguras, al tiempo que permiten que los coches y camiones que circulan sobre ellas reduzcan el consumo de combustible”. Esta teoría viene avalada por numerosos estudios, entre los que destaca el realizado por el Instituto sueco de Investigación Viario y del Transporte (VTI) que valora que los vehículos pesados consumen un 6,7% menos de combustible cuando circulan sobre pavimentos de hormigón en comparación con otros tipos de firmes.

Según datos de Oficemen, otra ventaja de estos pavimentos es que debido a su claridad refleja una mayor cantidad de energía solar, por lo que se eliminan las islas de calor en entornos urbanos, y esto revierte en ahorro energético relacionado con la necesidad de climatización de los edificios en zonas cálidas, como es el caso de España. Cabe señalar que el secretario de Energía de Estados Unidos y Premio Nobel de Física en 1997, Steven Chu, ya apuntó a este respecto que la combinación de fachadas y tejados blancos junto con la construcción de carreteras de color claro -hormigón en lugar de asfalto- tiene el mismo efecto que eliminar todos los coches del mundo durante once años.

Sin embargo, a pesar de todos estos beneficios medioambientales, en opinión de Estrada “España se encuentra a la cola en construcción de pavimentos de hormigón, mientras que en Europa y Estados Unidos esta solución está muy desarrollada. Esperamos que algunas de las inversiones previstas en el Plan Extraordinario de Infraestructuras se destinen a la realización de pavimentos de hormigón, ya que además del ahorro de combustible tienen menores gastos de conservación y mantenimiento durante su vida útil”.

Pavimentos de hormigón en nuestras carreteras
Un ejemplo de durabilidad son los tramos de pavimento de hormigón que aún se mantienen en servicio en la autopista de peaje Sevilla-Cádiz construida en 1971 y que formó parte del Programa Nacional de Autopistas Españolas, desarrollado por el Ministerio de Obras Públicas durante la década de los 70.

Un ejemplo reciente es un tramo de pavimento continuo de hormigón armado de 2 km realizado en la variante de Marchena, una carretera de doble sentido que conecta Écija y la Autovía A-92. Se prevé que el pavimento de hormigón tendrá un tráfico de 2.397 vehículos, de los cuales 575 serán vehículos pesados, estimándose la vida útil de la carretera en 30 años.