La Agrupación de fabricantes de cemento de España (Oficemen), en la que está integrado como asociado Cementos Cosmos, ha presentado alegaciones a la innovación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Córdoba para regular la utilización de residuos como combustible alternativo en instalaciones industriales, por considerar que muchas de las argumentaciones utilizadas adolecen de rigor técnico y suponen un agravio comparativo para la industria cementera local.

En el anexo de la innovación a esta normativa, de carácter municipal, denominado “valoración de impacto en la salud”, desde la gerencia de urbanismo cordobesa se afirma que el uso de residuos como combustibles alternativos en el seno de un proceso industrial supone un incremento de las emisiones sonoras, del consumo de agua y de las emisiones atmosféricas.  Oficemen, en su calidad de portavoz de la industria cementera española, ha presentado en sus alegaciones informes y documentación técnica de organismos independientes en los que se argumenta una visión de la valorización de residuos contraria a la ofrecida desde la Concejalía de Urbanismo de Córdoba.

“Creemos que el documento municipal adolece de solvencia técnica en muchas de sus aseveraciones, algo que afecta, no solo a la industria cementera local cordobesa, sino al conjunto de nuestro sector. En nuestras alegaciones, aportamos estudios académicos rigurosos, realizados por instituciones académicas independientes de prestigio en el ámbito nacional e internacional, que refutan con datos la imagen superficial que la innovación sobre el PGOU de Córdoba vierte sobre la valorización energética de residuos”, explica el director general de Oficemen, Aniceto Zaragoza.

El uso de combustibles derivados de residuos en fábricas de cemento es un práctica avalada y potenciada por la Unión Europea, que se lleva realizando con éxito desde hace más de 40 años en todos los países del centro y el norte de Europa, y desde hace más de 20 en nuestro país, con todas las garantías de seguridad y salud. Hoy en día, 29 de las 33 fábricas de cemento españolas disponen de autorización ambiental para llevar a cabo esta práctica, ya que cuenta con el respaldo unánime de la comunidad científica en lo que a ausencia de impactos sobre la salud de las personas se refiere.

“Con la valorización de residuos en nuestras fábricas, estamos contribuyendo al aprovechamiento material y energético de residuos no reciclables, que de otro modo terminan enterrados en vertederos, al tiempo que reducimos el uso de combustibles fósiles. Además, esta práctica nos permite mantener competitividad y es imprescindible para garantizar que la fábrica de cemento de Córdoba siga contribuyendo a la creación de riqueza y bienestar en la ciudad”, explica Zaragoza.